La docente, curadora de guiones y asesora de empresas y empresarios Marian Sánchez Carniglia habló sobre el curso de spitch y storytelling dirigido a emprendedores, empresarios y franquiciantes que quieran interiorizarse en el arte de contar una historia con el fin de emocionar, transformar y persuadir a través del propósito de su empresa.
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Con Marian diseñamos un curso de pitch y storytelling para emprendedores, empresarios y franquiciantes ¿De qué se va a tratar el curso?
Estaba escuchando al franquiciante anterior, que persona con propósito. Es un poco de lo que estábamos hablando cuando empezamos a diseñar este curso, la idea de establecer un propósito y de contar el por qué queremos hacer lo que queremos hacer. Por qué queremos establecer nuestra franquicia, nuestro emprendimiento, qué nos motiva. Vos hablabas de emocionar y de las historias, y en parte me acuerdo que, cuando viniste a mí, el propósito también era ese, cómo comunicamos esa emoción que nos provocan nuestros emprendimientos, ese entusiasmo, ese fervor, esa pasión.
Tengo 30 años en esta profesión, y, de alguna manera, este método que he diseñado hace mucho tiempo ya, lleva a este camino, a intentar establecer nuestro propósito y poder contarlo de la manera adecuada. Con el éxito de llamar a la acción al otro que se sume, que se interese en lo que tenemos para contar y para ofrecer.
En parte lo que vamos a hacer en los cursos es eso, enseñar las fórmulas y las estructuras a cada uno de los emprendedores, franquiciantes y a quien se quiera sumar. Está abierto a todas las personas que quieran aprender a comunicarse mejor, para que cuenten su proyecto o su producto muy breve, clara y concisamente pero con el éxito que provoca emocionar al otro.
Es un encuentro conversacional donde, no solo vamos a dar teoría; por supuesto vamos a dar fórmulas, abordajes, tips, pistas; también vamos a escuchar qué necesita cada persona que se acerque. No se van a ir sin esta herramienta tan importante como es el pitching, que posibilita la creación de la estructura para esta presentación.
En pocos días comienza la expo franquicias, por ese motivo lo llamo al arquitecto Hermida, que es quien lo organiza, y le pregunto si los franquiciantes tienen técnicas para, en tres minutos, persuadir, emocionar y contar los beneficios de su emprendimiento. Me responde que no hay nada. Además, en el ejercicio de contar historias de historias que inspiran, en el camino me doy cuenta de que hay un montón de empresas y emprendedores que no tienen propósito y muchos no saben qué es. ¿Qué es el propósito en una empresa?
El propósito está vinculado al por qué yo quiero llevar adelante este proyecto. Sin irnos a un lugar metafísico ni hablar de lo trascendental, es saber qué nos motiva, cuál fue el iniciador de esto, por qué quisimos llevar adelante este producto, por qué lo desarrollamos, y también poder entender cómo funciona el cerebro desde la emoción. Se van a preguntar por qué tengo que emocionar, por qué simplemente no cuento las cualidades del producto y ya está; a esas personas yo les preguntaría por qué tengo que comprar su producto teniendo otros de las mismas características. En esa búsqueda de su diferencial queda claro su propósito, que es poder contar un poco más de la experiencia que ese producto lleva a pasar.
También como el propósito de las marcas, las empresas y, sobretodo, las pymes argentinas están vinculadas de forma casi hermanadas a la historia del emprendedor.
Todos los grandes emprendimientos llevan el sello, el nombre y la firma de quien los creó, los soñó y los pensó por primera vez. Incluso el tuyo y el mío, nosotros tenemos otro tipo de proyectos pero somos emprendedores, vendemos gestión de la confianza. A uno no le pagan por lo que hace, le pagan por lo que sabe, que es un bien intangible y es mucho más difícil de comunicar que si tuviésemos un producto de excelencia palpable. Sin embargo el pitching y el storytelling son las herramientas fundamentales que nos sirven para contar breve, concisa y claramente lo que hacemos, que es imposible que el otro se pueda resistir a probar, a conocer algo más y saber por qué esto es importante y relevante.
Cuando voy a las empresas a hacer Historias que inspiran, me doy cuenta de que la mayoría de las empresas no saben que tienen un activo poderoso y que nunca lo explotaron. Estoy hablando de su propia historia. Incluso la segunda y la tercera generación desconocen las peripecias de la primera y se sorprenden.
Y si, por ejemplo, tomar la posta de un legado que le impactó y que le provocó empatía porque seguramente ese hombre le recordó a su propio padre haciendo el esfuerzo por llevar su propio trabajo adelante. Todos hemos escuchado alguna vez a nuestros padres luchando por ese trabajo que llevaba el pan a la mesa cuando éramos chicos. Esta motivación es un motor gigante y es imposible que fracase.
Mi éxito está en el éxito del otro, ahí se potencia una gran colaboración, sinergia, empatía y una gran llamada a la acción. En un país donde hemos vivido en crisis todo el tiempo con una cultura individualista, que mejor que la colaboración y la sinergia.
Marian pitcheo con el director de Titanic, con Dave Cameron. Tiene la teoría y la práctica de Hollywood y la estamos llevando a los emprendimientos y a los empresarios argentinos. Queremos que ellos se lancen a transformar su propia historia y el mundo.
En Titanic todos tratan de salvarse a sí mismos, menos Jack que salva a Rose. Nosotros seguimos esa premisa “cameroneana”, salvar a uno y de a poco salvar a todos. Ir acompañando la transformación para que, con el relato correspondiente, se cambie el paradigma de pensamiento, la actitud y la manera de contar lo que queremos ofrecer para que el otro se sume. Poder contarlo desde el propósito en común, de la manera más impactante, más memorable y que el otro quiera ser parte.
Lo que explicamos en el pitch es que tiene que haber pasión, pero tiene que estar equilibrada con la lógica. Tiene que estar balanceada para no irnos de mambo solamente con el relato y dejar de lado el producto o el emprendimiento, y sostenerlo a lo largo del tiempo con confianza.
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