Marcelo se crió en una imprenta. Su abuelo y su papá le enseñaron el oficio. Luego se independizó y los comienzos fueron como cualquier emprendimiento, duros.
Por entonces, se había puesto de moda el tunning de autos. Y Marcelo, un joven de 20 años encontró el segmento perfecto para su emprendimiento.
El programa de TV “El Garage” le dio la posibilidad de promocionarse y ahí nuevamente se despega y marca la diferencia apostando a la gráfica de automóviles.
Hasta el 2008 disfrutó del crecimiento y se expandió pero la crisis del campo del año 2008 lo llevó a una situación extrema. “No sabía si iba a llegar a pagar el alquiler”, sostiene.
Una vez más una luz de alerta le marcó una nueva dirección: dejar el tunning y volver a sus comienzos: las calcos y los carteles.
El mercado lo recibió con desconfianza y tuvo que trabajar duro. Se mudó, se reinventó y decidió apostar a las franquicias y a los nuevos productos.
Hoy afirma que el secreto es estar siempre atento a lo que es tendencia y proponiendo productos nuevos, sabiendo que siempre hay un puente para saltar a la crisis.
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