HS EVENTOS es la historia de dos jóvenes apasionados por la arquitectura que apostaron por un camino propio, que tuvieron tropiezos al andar, que se la jugaron y siguieron adelante. Hoy tienen una de las empresas líderes que se dedica a la construcción de stands y organización de eventos. Y que, 10 años después de haber fundado la empresa, una guerra entre hipermercados casi los lleva a la quiebra. Un episodio aún traumático para ellos. Cómo lograron evitar la quiebra y recuperarse.
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HS EVENTOS nació en 1983 cuando Daniel Hermida y su señora se recibieron de arquitectos. Por ese entonces ella consiguió trabajo en un estudio que se dedicaba a construir stands. De acompañarla día tras día, Daniel comenzó a interesarse por la arquitectura efímera y al poco tiempo ambos decidieron comenzar a buscar sus propios clientes. Fue así como contrataron un primer local en La Rural.
“Salía de mi otro trabajo, iba a la exposición y estaba toda la noche con el armado. En ese tiempo aprendí un montón de cosas. Las construcciones eran mucho más cortas que en las obras. Lo que en las obras tarda meses o años en los stands son días y después no existe más”.
El trabajo comenzó a rendir frutos y Daniel decidió dejar su empleo en un estudio donde armaba vidrieras para dedicarse de lleno a su nuevo emprendimiento.
EQUIVOCARSE PARA APRENDER
De sus primeros años de experiencia, Daniel recuerda que las exposiciones eran mucho más simples. Había pocos profesionales y menos eventos. “En los 80 el trabajo era muy discontinuo. Había meses y años de poca demanda y otros en los que nos sobrepasaba”.
Con el correr del tiempo y a mediados de los 90, recibieron dos propuestas interesantes. Una de ellas consistía en el asesoramiento de una exposición textil que se llevaba a cabo en el centro municipal. Daniel no sólo los ayudó sino que se asoció y empezaron a organizar eventos en conjunto. Eso les permitió hacer un circuito de facturación con el que pudieron contratar personal estable, tener talleres y oficinas con gente especializada.
Las cosas comenzaban a encaminarse y a Daniel lo contratan para la primera expo de vinos de la Argentina. “Yo de vinos no sabía nada pero queríamos hacer una exposición internacional y profesional” confiesa casi con vergüenza. Con su equipo de trabajo deciden contratar un asesor muy respetado por las bodegas y se ponen manos a la obra.
“No queríamos que se venda vino pero los gerentes de marketing nos habían convencido que el público era multiplicador y el boca a boca era muy importante. Entonces elegimos a un hipermercado para que venda los vinos y las bodegas aceptaron. A dos meses de la exposición 10 de las bodegas más grandes empezaron a cancelar su participación. Ellos me habían pagado un dinero que yo invertí y no podía devolverlo y la exposición era un fracaso porque las marcas más importantes no iban a estar. La gente iba a venir y yo no tenía evento. Fue Dramático. Estuve un mes sin dormir”.
Cuando Daniel parecía no encontrar la salida y ante un cuadro desesperante, recibe el llamado del dueño de Tonel Privado quien le advierte que la maniobra no era más que una guerra entre hipermercados. “Me explicó que la competencia de la empresa que iba a comercializar los vinos en la expo había amenazado a las bodegas con no comprarles más mercadería si se presentaban en el evento. Me dijo que salve la exposición o iba a quebrar”.
Daniel no tenía mucho tiempo para pensar, a la semana le comunicó al hipermercado que iba a seguir sin ellos. De las 15 bodegas que habían cancelado su participación, el 70% se hizo presente. Con ese evento inauguraron el Pabellón Ocre del La Rural con un éxito total de público y de ventas.
CRISIS Y NUEVAS OPORTUNIDADES
Durante la crisis que sufrió la Argentina en 2001 la actividad se detuvo y nuevamente la inestabilidad golpeó a la empresa. “Los predios estaban vacíos. No teníamos nada de trabajo. Estaba desesperado. Tenía gastos fijos con los que no podía cumplir”
Buscando una luz de esperanza, Daniel asistía a cursos donde resonaba una sola frase “crisis es oportunidad” y en su búsqueda por salir adelante comprendió que había que cambiar y adaptarse. “En un momento vimos que estaban haciendo un outlet de ropa deportiva en La Rural y dijimos: ‘¿Por qué no hacemos uno de indumentaria con los contactos que tenemos?’. En mi vida pensé que iba a hacer eso. De diseñar y construir para ganar un premio pasé a tirar ropa en el piso”. Sin embargo, volviendo la mirada atrás agrega: “Fue una salida y estoy orgulloso de lo que hicimos. Conseguíamos publicidad gratis y venían todos los canales de televisión porque era todo una novedad”.
Así como en su momento Daniel tuvo que renovar su empresa para subsistir, hoy con 30 años de experiencia en el rubro, decide darle un nuevo aire e incorporar a su hijo Gonzalo para hacerla llegar aún más lejos. “Él siempre me dice que hay dos tipos de líderes. El que se sienta en el trineo mientras toda la empresa empuja y el que empuja junto con toda la empresa y va adelante. Mi papá me dice que tengo que ser el segundo”.
Daniel tiene ese concepto muy presente y no se olvida de los que lo ayudaron a llegar a este brillante presente con HS EVENTOS. “No estaría acá si no fuera por las personas que trabajaron conmigo. Esto no se aprende, hay que hacerlo por pasión”.