Male y Nahuel vivían en un departamento prestado, sin heladera, dormían en un colchón inflable, debían varios meses de expensas y no tenían ingresos. Los meses pasaban y cada día aumentaba la incertidumbre, y las deudas… Hasta que Male tuvo una ocurrencia. Esas ideas que solo aparecen en momentos de desesperación.
Hoy, 7 años después tienen más de 20.000 alumnos y clientes en decenas de países y en vez de ver pasar las deudas, hoy ven pasar los pedidos de compra en dólares y en pesos. ¿Cuál fue la clave para pasar de un futuro con sabor a fracaso a liderar un negocio digital que cada día crece más? Esta es la historia de Male de Santos y Nahuel Robledo, fundadores de Rincón de ideas. El emprendimiento digital que vende kits imprimibles y contenidos descargables para Candy bar.
COMENZARON SIN NADA
“Nahuel vivía solo en una pieza que realmente era muy chica. Con un placard que ni siquiera alcanzaba para él y llegué yo. Estábamos con muchos nervios por estar juntos pero con muchas ganas de hacer algo y que nos vaya bien en eso que nos proponíamos” recuerda Male.
Las ganas eran inmensas pero el capital era cero. “No teníamos nada de nada. Ni siquiera una heladera. Solo había un colchón inflable que estaba pinchado y nos teníamos que levantar cada dos horas durante la noche a darle aire”.
Mientras ellos buscaban la manera de salir de esa situación incomoda en la que vivían, un descuido de Nahuel complicó mucho más las cosas. Una mañana les llegó una carta documento que les avisaba que debían muchos meses de expensas.
“Cuando me llegó el aviso de deuda decía que tenía un año impago pero yo sí había pagado. Cuando fui a reclamar me pidieron los comprobantes pero como no los había guardado, no pude demostrar el pago” explica con cierta amargura Nahuel.
Pese al mal trago esa situación hizo que Nahuel y Male se convirtieran casi sin imaginarlo en emprendedores.
¿QUÉ HACER CUANDO TODO PARECE PERDIDO?
“Necesitábamos salir de esa situación. Entonces me acuerdo que estábamos en la pieza y nos preguntamos qué sabíamos hacer. Ahí fue cuando pensé en hacer invitaciones para eventos para tener un dinero extra”, explica Male.
“Ella me dijo que quería que armemos un emprendimiento que se llame Rincón de Ideas. Yo estaba totalmente acuerdo, me parecía lindo el nombre, linda la idea pero desconfiaba de un negocio por internet. Creía que no iba a funcionar porque en ese momento no había tantos”. Sin embargo, pese a todas las dudas, ambos decidieron intentarlo.
Nahue y Male se animaron y se arriesgaron a probar lo que sus familiares creían que sería un fracaso total. Fueron momentos de incertidumbre pero pudieron superarlos y aprender de ellos. “No teníamos un mango, no sabíamos qué hacer y decidimos iniciar con esto porque no requería inversión. Yo estudiaba arquitectura y tenía los materiales básicos para hacer un candy bar y también una computadora”, recuerda Nahuel.
Lo que les faltaba para su proyecto era una impresora. Male sostiene que no se necesita nada para emprender. El secreto es comenzar. Fueron a una gráfica, hicieron algunas preguntas y lanzaron una página de Facebook que por ese momento era lo más popular y la manera más rápida de darse a conocer. Male preparó algunos productos como bolsitas con la ayuda de Pinterest para saber que se usaba en ese momento.
“Al principio fue difícil porque si bien arrancamos con toda la voluntad, los mensajes no llegaban. Estábamos re contentos con nuestro emprendimiento pensando que era bueno y que podíamos crecer y cuando se lo contamos a nuestra familia no lo tomo de esa manera . No entendían cómo era. Pensaban que estábamos jugando con la computadora y el celular. Y esa parte también nos afecto”.
El primer mes publicaron en Facebook o en los grupos de la plataforma y no recibieron ningún pedido. Ese fue un momento de desazón y de replantearse cuánto podían seguir así porque no estaba funcionando. Sin embargo, reconocen que había algo que faltaba.
“Nos dimos cuenta que no era solamente hacer cosas lindas sino que había que tener un público y teníamos que tener publicidad online. No era tan sencillo como pensábamos”.
EL MENSAJE ESPERADO
Hasta que llegó el primer pedido. “Una chica que tenía un emprendimiento y necesitaba unas bolsas. Yo no quería hacer eso porque no era nuestro objetivo pero lo tomé igual” cuenta Male. Pero, comenzar también tiene sus tragos amargos. “Dijimos que sí a todo y no habíamos calculado el presupuesto ni sacado los costos. Perdimos más plata de lo que ganamos. Fuimos muy principiantes”.
Las ventas comenzaron a llegar, pero eran insuficiente. “Un día veía que la página iba lenta y yo quería darle un impulso. Justo me había aparecido un mensaje que decía que podía hacer una publicidad y llegar a más clientes a través de Facebook. Se lo digo a Male y ella me dice que era una locura gastar esa plata, pero una noche, sin que ella se diera cuenta, entré y puse una promoción y me fui a dormir tranquilo pensando que nadie se iba a enterar. Al otro día nos levantamos y pasamos de 20 a 100 seguidores y de ningún mensaje a 15. Después nos dimos cuenta que era por ahí que tenemos que seguir por ahí”, cuenta Nahuel.
En 6 meses lograron tener suficientes pedidos para pagar la deuda de las expensas qué era lo que más los atormentaba. Y conforme avanzaban las semanas, comenzaron a comprarse la heladera, un lavarropas, la tele y a amoblar la casa. “Eso nos ayudó a proyectar cosas que con 21 años como teníamos jamás hubiésemos imaginado”.
UNA NOTICIA INESPERADA
Ellos estaban en su mejor momento, iban por el segundo año de su emprendimiento y generaban muchos ingresos, pero una noche Male siente en su cuerpo algo extraño. Desde ese día la vida de ellos cambió para siempre. “Me acuerdo que estábamos mirando la tele y yo sentí que algo se movió adentro mío y lo primero que pensé fue que estaba embarazada. Hicimos un test casero que dio positivo entonces fuimos al médico”.
Sin embargo, fue en el consultorio que se les vino el mundo abajo. A Male la revisaron y le dijeron que no era un bebé sino que era un tumor.
“Pasamos de pensar que íbamos a ser tres a tener un tumor gigante. Me fui a hacer una ecografía de urgencia y lloré mucho porque pensaba que me iba a morir”.
Así las cosas, cada minuto que pasaba era un final distinto y cada segundos más trágico. “Cuando Male se acuesta en la camilla y le ponen el ecógrafo empezamos a ver a nuestro hijo y especialista nos dice que estemos tranquilos que era un bebé. Ahí la chica nos hace escuchar los latidos y nos dice que nos quedemos tranquilos que estaba sano”.
La noticia del bebé fue un alivio y una inyección de vida en la historia de la pareja, pero lo que no sabían es que el niño iba a llegar antes de lo esperado. Male descubrió que estaba embarazada de 8 meses y que en cuestión de pocas semanas, la familia iba a sumar un nuevo integrante. “Al mes nació nuestro primer hijo. Fue una experiencia rarísima y hermosa pero no sé si les deseo a otros un embarazo tan rápido”, reflexiona ahora Nahuel.
OTRO TROPEZÓN
De la tragedia a la sorpresa, a la reorganización. Sin poder preverlo tuvieron que reducir su tiempo de trabajo para abocarse al niño y claro, las ventas se resintieron. Pero, de un momento a otro, directamente se detuvo. Cómo si toda la gente se hubiera puesto de acuerdo para no comprar nunca más y ellos no entendían el por qué.
Y otra vez empezaron las deudas y el dinero ya ni alcanzaba para comprar insumos. “Fue desesperante porque ya no éramos dos ahora teníamos un hijo. Ese año se volvió a hacer cuesta arriba y nos planteamos encontrarle una vuelta o irnos al sur a trabajar con nuestra familia”.
Ya sin respuestas y a punto de abandonar todo asistieron a una capacitación organizada por Facebook donde aprendieron el secreto del contenido aplicado a la venta, es decir, que tenían que contar experiencias y no tratar de vender un producto.
“Fuimos cambiando de a poco y un día decidimos hacer una sesión de fotos con nuestro hijo. Le hicimos a escondidas toda una decoración de cumpleaños y lo sorprendimos. Le sacamos fotos y empezamos a promocionar nuestros productos en uso. También empezamos a mostrar lo que hacíamos como papás y cómo trabajábamos”.
UNA IDEA DISTINTA
Impulsados por las ventas y el nuevo renacer del negocio, ahora ellos apostaron por algo más “Nuestra idea dio un salto el día que se me ocurrió hacer un vivo mostrando cuál era mi lugar de trabajo y eso fue un antes y un después en la empresa. Un montón de personas que estaban en la misma situación que yo se empezaron a sentir identificadas. Creamos una comunidad y eso nos generó un montón de pedidos”, explica Male.
En 2019 ya habían hecho de los vivos un hábito. Tenían días específicos y la gente les empezó a pedir que en vez de un vivo les enseñen a trabajar en este rubro. “Dudamos al principio pero nos dispusimos a intentarlo. Alquilamos un coworking y así dimos nuestro primer curso de forma presencial”. No solo se agotaron los cupos para el primer evento sino que la idea fue un boom. En total brindaron 4 cursos y se dieron cuenta que mucha gente que no era de Córdoba también quería participar. Entonces decidieron hacer un curso online.
“En ese momento no teníamos los elementos para grabar solo un celular con la pantalla rota. Además teníamos muchas dudas de cómo comercializar el curso, subirlo a las redes y que sea seguro y no verlo en otra página gratis”.
UNA PLATAFORMA QUE AYUDA
Nahuel y Male necesitaban algo que les facilite llegar a la gente y que, a su vez, impulse el crecimiento de su emprendimiento. Fue así que tras buscar y analizar opciones en la web, se toparon con Tiendup. “Me puse a investigar y me parecía muy lindo lo que ofrecían. Además veo que justo para los cursos online ellos tenían una solución que se llamaba e-learning donde brindaban una plataforma para que crear tu propia página, te permitían subir el curso, te facilitaban la seguridad necesaria para que no te lo roben y, a su vez, una persona cualquiera podía crear un usuario, comprar un curso y recibirlo de forma automática. Solucionaba todas las dudas que nosotros teníamos en una sola página sin necesidad de tener que recurrir a otras”.
Gracias a la comunidad que crearon, Male y Nahue lanzaron sus propios cursos y cuando estalló sorpresivamente la pandemia de covid en 2020, ellos ya tenía una solución. Lo que nunca imaginaron era que sus talleres llevarían a Rincón de Ideas tan lejos. “Los cumpleaños en pandemia se iban a festejar igual. El problema era que pasamos de hacer eventos de 30, 40 o 50 personas a organizar cosas para 2, 3 o 4 chicos y fue fuerte poder actualizarse y adaptarse a esa realidad”.
Gracias a los cursos lograron sobrevivir en la pandemia y también encausar su emprendimiento. “Cuando arrancamos con cursos online también seguíamos con la venta de productos físicos y, al principio, lo queríamos cambiar y vender todo digital pero no nos animábamos. No queríamos soltar todo. El aislamiento y tiendup nos dieron el impulso para digitalizar todos los productos. Y también sumamos la venta de herramientas para emprendedores de Candy”.
EL PRESENTE
Rincón de Ideas hoy amplió sus horizontes más de lo imaginado y le vende sus cursos a todo el mundo. Nahuel y Malena se convirtieron en 2 emprendedores exitosos y su mayor virtud radica en que cuando no tenían nada, dedicaban su tiempo a buscar soluciones y formas de salir de los momentos apremiantes.
“Nunca pensamos en otra cosa más q ir para adelante. Nos cuesta creer que empezamos sin nada y ahora trabajamos todos los días y nos capacitamos para dar el siguiente paso y seguir creciendo. Jamás hubiésemos imaginado en la vida las cosas que logramos”.