En una entrevista con Gonzalo Otálora – consultor especializado en Storytelling y pitch – en su programa “Historias que Inspiran”: Capítulo 1: 3 errores, 3 lecciones”, el emprendedor cuenta la anécdota del locutorio, sus ganas de crecer con el negocio y el aprendizaje que le llevó esta mala experiencia.
Esteban Wolff no tuvo mejor idea que ofrecer exhibidores con biromes, rollos de fotos, pilas y block de papelitos a los locutorios, que eran locales de 30, 40, 50 o 100 metros cuadrados que lo único que tenían eran cabinas telefónicas. En los años 90, había un locutorio cada 2 o 3 cuadras era un verdadero boom.
“Armé el exhibidor de hierro con biromes, pilas, rollos de fotos, etc. y lo llamé Plus Time, más tiempo para comprar cosas”, detalla el fundador de Chocorisimo.
Logró instalar 241 exhibidores en los locutorios. No obstante, no prosperó el emprendimiento, dado que la equivocación del emprendedor fue instalar el exhibidor detrás de la cajera para que estuvieran visibles. El detalle era que detrás de la cajera estaba el logo de Telecom.
“Yo iba y colocaba el exhibidor arriba del logo de Telecom o lo sacaba”, dice. Al enterarse la empresa de telecomunicaciones, envío carta documento a todos los locutorios tras cometer esa infracción y a él sin conocerlo, preguntándole quién lo había autorizado a sacar los logos de Telecom y colocar el exhibidor Plus Time.
Conclusión, tuvo que cada todos los exhibidores de los locutorios. Se quedó con 241 exhibidores que no sabía donde ponerlos, no sabía que hacer, ni oficina tenía.
En síntesis, el empresario tenía 241 exhibidores y no sabía qué hacer. Pero, no bajó los brazos y se fue a la competencia. Logró reunirse con el director general de Telefónica para ofrecérselo…. el negocio prosperó.
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Llegar a las farmacias
Nació la idea de ofrecerlos en las farmacias. Fue un muy buen negocio. ¡Estaban en el 86% de las mejores farmacias de Buenos Aires!
En palabras de Esteban Wolff: “Fue un negocio que hicimos en conjunto con la marca Energizer (pilas), con la marca Bic (biromes y afeitadoras) y con Kodak (rollos de fotos) y nos fue tan bien…que la empresa Gillette nos compró la compañía. Fue increíble”.
Aprendizaje
Una palabra que define al emprendedor es resiliencia (capacidad para adaptarse a situaciones adversas con resultados positivos). Muchas veces es entender el mercado, fijarse en qué lugar está el negocio y principalmente No bajar los brazos ante el primer error.
Esos pequeños fracasos lo llevaron hoy a estar al frente de Chocorisimo, una empresa de helados 100% artesanal que se especializa en el desarrollo de productos innovadores y sustentables, cuidando el medio ambiente con una planta de última generación con tecnología 4.0.
“Creo que uno no se hace millonario por la idea, se hace millonario por ejecutar esa idea. Ayer alguien me dijo, vos sos un fanático del helado. No, no soy un fanático. Yo me levanto y respiro helado, como helado, me acuesto con el helado, me baño con helado, pero no soy un fanático, o sea, vivo de eso y me gusta todos los días pensar cómo hacer para venderlo más, nada más”, finaliza Esteban Wolff.
