Daniel siempre quiso ser industrial. Primero fue empleado de su suegro en su fábrica de persianas de madera. Fue a una exposición y se entusiasmó con las persianas de aluminio.

Su suegro le decía que no era negocio, porque hacían mucho ruido. Pero Daniel tenía un sueño y fue por el.

Recibí + información sobre Historias Que Inspiran! Suscribirse Ahora

Publicidad

Comenzaron en un garaje tan chiquito, que para dar vuelta los perfiles de aluminio, Daniel tenía que salir a la calle, darlos vuelta y volver a entrar.

La gran innovación de él fue introducir un pequeño paño de felpa entre perfil y perfil de aluminio. Y así logró vencer la gran objeción de todo cliente: Las persianas de aluminio eran ruidosa. Ya no.

Marcela, su mujer, fue un apoyo incondicional en el crecimiento de la empresa. Y sostén emocional en los duros momentos. Como la primera gran crisis que se produjo cuando el principal cliente quebró y ellos, de un día para el otro, se quedaron en la mano con cheques sin fondos.

Más tarde llegaría la crisis del 2001 y la separación de su hermano que hasta entonces era parte del negocio.

Después tuvo que atravesar un gran cambio en el mercado. Muchos edificios se construían sin sistema de persianas y eso significaba, menos clientes. Daniel, decidió sumar una línea de cortina roller. Como él mismo dice: “Frente a una nueva necesidad encontré una nueva oportunidad de negocio”

LA GRAN OPORTUNIDAD. LA GRAN DECEPCIÓN

En el 2008 recibió una oferta jamás soñada de un colega español y se embarcaron en un nuevo emprendimiento: Convertirse en una multinacional para vender los productos a todo el continente. Para Daniel y Marcela era un sueño, y un premio a tantos años de esfuerzo. Pero la crisis del campo de 2008 golpeó nuevamente.
Daniel, sintió que no era el momento. Los españoles insistían, incluso, le habían girado dinero. Daniel, dijo que no y el sueño de su vida se esfumó en su momento. El tiempo, luego le daría la razón a Daniel, y hubiera sido imposible sostener el sueño.
Desarmó la estructura que tenía para crecer y volvió a empezar.

Hoy Grupo Dap, es una empresa sólida que día a día crece. Y la historia de Marcela y Daniel, la historia familiar de esfuerzo y trabajo detrás de la empresa es una muestra más de cómo el esfuerzo, la pasión y el trabajo, al final, triunfa.

MIRÁ LA HISTORIA DE DAP ↓


Advertisement