El proyecto empezó con un aviso simple en Mercado Libre, donde Marisa mostraba a su perro y su jardín. La gente la siguió inmediatamente. Tanto, que las cosas se desbordaron y su casa en Núñez quedó chica.
En ese momento, Javier, su marido, le propuso dar un paso más. Su idea era mudar el emprendimiento a un predio acorde a las nuevas necesidades, y convertirse en una empresa. Se mudaron. Y los clientes volvieron a acompañarlos.
Pero después de un año en el nuevo lugar, donde alquilaban, llegaron las preguntas: ¿querían dedicarse a eso? ¿Era lo que querían hacer con sus vidas?
Ellos se pasaban prácticamente las 24 horas trabajando para las mascotas. No tenían vacaciones ni feriados, o fines de semana. Igual decidieron avanzar, y así convirtieron a Petville en el primer spa y hotel de 5 estrellas para mascotas, de la Argentina.
Hoy Petville tiene un complejo con 50 habitaciones, pileta, dos hectáreas de parques, y personal que habla cinco idiomas.
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